Los clientes suelen preguntar: ¿Cuál es la eficacia de filtración de sus equipos? ¿Y cuál es la precisión de filtración? Hoy vamos a explorar estos dos conceptos. La precisión y la eficiencia de la filtración de un colector de polvo de cartucho son indicadores fundamentales para medir su rendimiento, que afectan directamente al efecto de eliminación del polvo y al nivel de conformidad de las emisiones.
En primer lugar, la precisión de filtración se refiere al tamaño más pequeño de partícula de polvo (en μm) que un colector de polvo de cartucho puede atrapar de forma fiable. Un valor más bajo significa una mejor captura del polvo fino.
En segundo lugar, la eficiencia de filtración muestra el porcentaje de partículas de polvo de tamaño específico que el colector de polvo de cartucho puede bloquear. Por ejemplo, una eficacia del 99,99% significa que sólo pasa 1 de cada 10.000 partículas.
Para medirlo, la industria utiliza una prueba estándar. Consiste en introducir aire con una cantidad conocida de polvo de prueba ISO en el cartucho hasta que el dispositivo alcanza su vida útil (juzgada por la "resistencia"). A continuación, se calcula la eficacia comparando el peso del polvo recogido con la cantidad total introducida.
Los filtros ordinarios de fibra de poliéster funcionan bien en situaciones como el chorro de arena o el tratamiento de la madera. Manejan partículas de 5~10 μm con una eficacia del 99,9% para las superiores a 5 μm.
Para humos de soldadura o productos farmacéuticos, son mejores los filtros de poliéster recubiertos de película. Se dirigen a partículas de 0,3~5 μm, alcanzando una eficacia del 99,99% para las superiores a 0,3 μm.
Los filtros recubiertos de película de alta eficacia, como los de PTFE o los de nanopelícula, destacan en el corte por láser o la fabricación de productos electrónicos. Alcanzan una precisión de 0,2~0,3 μm con una eficiencia ≥99,99% para partículas superiores a 0,3 μm.
En primer lugar, la tecnología del material filtrante es importante. Las capas avanzadas de revestimiento y nanofibras mejoran tanto la precisión como la eficacia.
A continuación, el diseño estructural desempeña un papel importante. Un ancho de pliegue de 33 mm, por ejemplo, aumenta el área de filtración (10-12㎡ por cartucho), reduciendo la caída de presión. Un buen sellado (como marcos galvanizados con juntas de EPDM) evita las fugas de polvo.
Por último, los tratamientos superficiales añaden valor. La manipulación antiestática (con fibras conductoras) evita los riesgos de explosión. Los revestimientos impermeables y resistentes al aceite (con fluororesinas) reducen la acumulación de polvo, manteniendo constante la eficiencia.
En resumen, el rendimiento de un cartucho colector de polvo depende de la precisión y la eficiencia. La precisión determina el tamaño de polvo más pequeño que puede manipular (0,3μm es el estado actual de la técnica), mientras que la eficiencia determina la potencia de captura en el mundo real (hasta 99,99% en los modelos con recubrimiento de película).
