Replantear la distribución de las fábricas para mejorar el flujo de aire y minimizar la generación de polvo puede suponer mejoras significativas. La colocación estratégica de la maquinaria, la mejora de los sistemas de ventilación y el uso de barreras pueden ayudar a contener el polvo.
La formación de los trabajadores sobre las mejores prácticas para la gestión del polvo y la importancia de utilizar equipos de protección individual (EPI) puede fomentar una cultura de seguridad y concienciación en el lugar de trabajo.
Bajo consumo de energía
Gran volumen de aire
Fácil de mantener