La utilización de filtros de aire de partículas de alta eficiencia (HEPA) y precipitadores electrostáticos puede reducir significativamente las partículas de polvo en suspensión. Estas tecnologías capturan incluso las partículas más finas, mejorando la calidad del aire en las fábricas.
La implantación de sistemas inteligentes y automatizados de captación de polvo puede ayudar a controlar y gestionar los niveles de polvo en tiempo real. Estos sistemas pueden ajustar las tasas de filtración en función de las concentraciones de polvo actuales, optimizando el rendimiento y el uso de energía.
Bajo consumo de energía
Gran volumen de aire
Fácil de mantener